No fue sino hasta el año 2010 donde esta tecnología mostró avances significativos enfocados hacia la resolución de problemas, procesamiento de lenguaje, manejo de datos en grandes magnitudes, entre otros. Hoy en día los desarrollos más notables incluyen diversas industrias como la autonomía vehicular, eficiencia energética, algoritmos para las plataformas digitales, productividad corporativa o incluso sustituir humanos en trabajos repetitivos o con altos índices de riesgo.
El McKinsey Global Institute ha estimado una inversión anual de aproximadamente 20 a 30 billones de dólares en IA por compañías como Google, Meta (Facebook), Amazon y Baidu desde el año 2015 a la fecha. En este sentido, esta inversión ha estado enfocada principalmente en mejoras de procesos de las siguientes industrias:
- Servicios Financieros: se han demostrado claros beneficios en la velocidad y precisión de los sistemas de antifraude desarrollados con IA;
- Servicios de Salud: cuando se usan herramientas de AI para determinar diagnósticos y tratamientos, se ha logrado ahorrar costos de estudios médicos con mejores resultados para los pacientes;
- Mercado Minorista o “Retail”: estimar la demanda a través de programas con IA ha demostrado ser muy útil para eficientar los procesos de producción al identificar tendencias o patrones que evitan la merma y la sobreproducción de diversos productos. Asimismo, se han visto reducciones de hasta 65% en ventas caídas y un ahorro de entre 5% y 10% en gastos de transportación y almacenamiento.
Aún y cuando existe una innumerable serie de beneficios que otorga la adopción de la IA, la gran desventaja de esta tendencia recae en los empleos que la IA pueda sustituir en detrimento de las familias que dependen de estos ingresos para subsistir. El McKinsey Global Institute estima que del 60% de los puestos de trabajo, aproximadamente el 30% de las actividades podrían automatizarse.
¿Y qué hay de los agentes inmobiliarios? ¿Están destinados a desaparecer? La industria inmobiliaria sin duda ha sido una de las más tardías en adoptar nuevas tecnologías en general, sin embargo, en los últimos años se han observado avances y al día de hoy existen varios ejemplos de cómo la IA puede beneficiar a los diferentes jugadores que integran todo el ciclo inmobiliario. Un ejemplo en particular relacionado con el uso de energía eléctrica son los programas que permiten recopilar información de afluencias en edificios de oficinas y centros comerciales para eficientar el uso de luz y aire acondicionado. Por otro lado, el uso de chatbots se está convirtiendo en una herramienta muy popular entre las compañías “proptech” para interactuar con los clientes potenciales e ir desplazando a los agentes inmobiliarios tradicionales. Asimismo, herramientas como Zestimate o HouseCanary usan los precios de cierre reales para determinar el valor de las propiedades que se desean listar en los portales inmobiliarios y de esa forma evitar contratar los servicios de un valuador profesional.
No cabe duda que la IA llegará a revolucionar la industria inmobiliaria, sin embargo existe un factor que no se puede sustituir, la confianza. Comprar o vender un inmueble puede significar llevar a cabo la transacción financiera más importante en la vida de las personas lo que puede traducirse en proceso que genere una importante cantidad de estrés y ansiedad. Ser acompañado por un agente inmobiliario profesional que pueda guiar este proceso con base en el conocimiento del mercado inmobiliario y de las regulaciones aplicables a cada ciudad o estado, significa tener un aliado que cuidará de tus intereses y se asegurará que tu operación concluya sin contratiempos. Es esta confianza la que ninguna empresa de tecnología podrá reemplazar y que sólo se gana con la experiencia de cerrar transacciones a lo largo de los años. Los agentes por su parte, podrán complementar sus conocimientos y red de contactos con las nuevas tecnologías y de esa forma, prestar un servicio mucho más integral que les permitirá cerrar sus transacciones en un plazo menor.
Por: Rodrigo Sánchez | Director General Códice